miércoles, 27 de febrero de 2008

Podemos

Esto m elo envió un ciber amigo! Aún lo guardo, me parecio un relato interesante

Podemos, en nuestra vida, decidir sobre casi todo lo que nos rodea, amigos, novias, estudios, fiestas, drogas, ostias, putas y bebidas... podemos decidir si ponernos o no los calzoncillos de follar cuando salimos; podemos decidir destrozar a alguien con cinco palabras o hacerle la vida fácil; podemos hasta decidir enamorarnos o no, casi todo va en función de los cojones que le eches a la vida.

Cuando alguien te da, cuando algo muere sin que lo esperas, cuando te falla la persona que creías que era imposible que fallase, cuando te pasas horas sin dormir porque tienes miedo de que al despertarte las cosas sigan empeorando, cuando la vela se apaga y la luna no te canta si no que te ladra, cuando todo eso pasa y tu te quedas acojonado y en un rincón pillando con tus brazos las rodillas y empalmando los cigarrillos antes de que se apaguen, cuando llamas llorando a un amigo para decirle "mecagondios"... aún cuando todo esto ocurre, que ocurrirá, no lo dudéis, puedes hacer otra cosa.

La opción del lamento, el lloriqueo, el meterte piedras en los bolsillos para no despegarte de la tierra (gran frase, viejo), el pasarte un fin de semana tirado en el suelo de casa tomando el sol porque te faltan fuerzas para todo, el perder 9 kilos en siete días, el romper una televisión a ostias, el meterte 4 gramos de cocaina en dos días... todo esto es la opción fácil, la que te pide el cuerpo, la de la pataleta del crío que no quiere ir al colegio. Toca la otra opción, la jodida.

Salir a la calle a sacarle la lengua a desconocidas, pintar con tu dedo tu número de teléfono en el vaho del autobús, sonreír a la chica que tienes delante en la biblioteca, fingir orgasmos en los probadores de la tienda más cool de toda la puta ciudad, tirar las piedras de los bolsillos, es más, agujerearlos para no guardar nada para luego y jugártelo todo en un cara o cruz y a doble o nada, rescatar amigos olvidados, apostar, reír, matar, follar...

Lo único que se puede hacer con la puta vida es vivirla, de lo contrario vale más la pena no llegar a los 50.